nov
2012
02
Último domingo de octubre Por Lulú Petite
Posted in ConRealFlow, NoticiasTweet |
|
Seguir a @Wiizz_PM | |
Seguir a @ConRealFlow_ |
Noticia: Último Domingo De Octubre Por Lulú Petite
Querido Diario:
Pocas cosas me significan un goce tan pleno como el último domingo de octubre. El sábado pasado trabajé desde temprano. Llegué muy puntal y arregladita al hotel, exactamente a la hora que habíamos acordado desde el viernes. Es un cliente regular, nos vemos una o dos veces al mes desde hace mucho. Me cae muy bien.
Primera cita:
Tomé su sexo y se lo acaricié un rato, le gusta que juegue un poco con él antes de empezar, le puse el condón con los labios y comencé a chupar. Le encanta el sexo oral y disfruta mucho de esa parte de nuestras citas. Se estremece, se le acelera el pulso y su respiración se vuelve violenta. Le gusta que pase la lengua por los costados y que trabaje especialmente en la puntita. Lo enciende tremendamente que lo vea a los ojos mientras tengo su sexo en mis labios.
Me hizo el amor con calma, con ese ritmo parecido a la ternura con el que tienen sexo algunos señores. Él hace unos ruidos chistosos cuando se viene, no sabría describirlos, pero algo entre lamento y grito de charrería. Es un buen cliente, pero no lo suficientemente vigoroso como para reponerse en una hora para un segundo intento.
Segunda cita:
Un cliente nuevo. De treinta y cuatro años, arquitecto. Buen besador. Cuando puso sus manos en mi cintura cerré los ojos y sentí su boca en mis labios. Me acarició el trasero y besó mi cuello. Recorrió mi espalda con sus nudillos, una caricia lenta y ligera, como hecha con una pluma, desde la nuca hasta las nalgas. Sin dejarme de besar, me desabrochó el sostén. Quitó los tirantes rodándolos por mis hombros con sus dedos índices y al ver mis senos los tomó y puso su boca en mis pezones. Los acarició tan bien que hizo que se me subiera la temperatura. Me regaló un perfecto orgasmo. Palomita para la facultad de arquitectura.
Tercera cita:
¡Otro arquitecto! 48 años. Habrá sido el día de los arquitectos, habrán tenido una convención o andaba de suerte con el gremio, el caso es que dos al hilo, los dos guapos y buenos para el catre, ni modo, otra palomita a la facultad de arquitectura.
Buen conversador y espléndido amante. Sus besos suaves y frescos, sus manos varoniles, hábiles para las caricias. Nos desnudamos y me pidió que me recostara boca arriba. Me dio un beso en los labios, de esos que son apenas un roce, después me clavó una mirada felina que, aun estando yo sin ropa, seguía desnudándome. Con el dorso de su mano y sin dejar de verme a los ojos comenzó a acariciarme el cuerpo. Sentía su piel paseándose por la mía con un toque suave, no invasivo, delicioso. Sus caricias me hicieron estremecer, su mirada me intimidaba.
Levantó mis piernas, las puso sobre sus hombros y metió su cabeza entre mis muslos, atendiendo mi sexo con sus labios. Instintivamente cerré las piernas, apreté su cráneo, no pude evitarlo, es un reflejo a esa sensación de veneno dulce, de placer insoportable. Lo dejé seguir hasta que mi deseo era absoluto, entonces le rogué que me poseyera.
Cuarta cita. Con amigas. Era sábado en la noche y tenía ganas de salir, así que cerré el changarro. Fuimos a cenar y la pasamos bien, reímos y conversamos. Pasaron varias horas, de todos modos traíamos pila, así que acordamos ir de antro.
Iba manejando por Insurgentes. En la calle había mucha gente, la mayoría con ganas de seguir la fiesta. En un semáforo, una chavo en el coche de al lado nos sonrió, no estaba mal, pero eso de andar ligando de coche a coche es como de mal gusto. Una de mis amigas le mandó un beso sopladito antes de que la luz nos diera el verde.
Llegamos al antro casi a las dos de la madrugada y conseguimos mesa. El ambiente estaba bien y nuestro ánimo mejor. Volteamos a la mesa de al lado y allí estaba de nuevo, el chavo del semáforo otra vez sonriéndonos. La noche promete. Entonces volví a ver el reloj de mi teléfono y ¡Alabado sea el día! De nuevo era la una. Si ya traía pila, ver que de nuevo era la una me la puso más a tope que al conejito de Energizer.
De verdad: Pocas cosas me significan un goce tan pleno como la llegada, con el último domingo de octubre, del final del maldito horario de verano.
Es primero de noviembre,
y a los muertos celebramos.
Que coseche lo que siembre
la parca a quien festejamos.
Aquí yace una damita
que en vida se llamó Lulú,
decían que era algo bonita
y tan alegre como tú.
Podrá parecer trágico,
pues murió joven y bella.
Las páginas del Gráfico
contaron bastante de ella.
Hoy ya vive en el panteón,
con algunas señoritas,
recuperando vocación,
abrió una casa de citas.
Un beso macabro
Lulú Petite
Ingresa Tu Email Aqui, Para Recibir Todo Lo Nuevo Directamente En Tu Correo
Seguir a @ConRealFlow_
0 comments: